Durante la celebración del Torneo Final del Circuito de Ajedrez Caña de Azúcar que organiza el Club Ajedrez Motril estuvo con nosotros Ricardo Rodríguez Puertas, veterano ajedrecistas madrileño que vive desde hace años en Almuñécar como un almuñequero más, me comentaban un detalle que no había observado antes, enfrascado en el devenir del juego. En el Torneo Final había una gran mayoría de jóvenes ajedrecistas de todas las edades, chicos, y chicas, junto a la sala de juego del Pabellón Cubierto se estaban desarrollando otras actividades deportivas de las que se oían voces y ruidos del desarrollo de la competiciones; sin embargo, como decía Ricardo nuestros ajedrecistas mantenían la compostura a pesar del espacio tan reducido para los participantes en la sala de juego.
No vamos a descubrir los grandes beneficios que la práctica del ajedrez tienen para nuestros jóvenes, entre ellos la mejora del rendimiento escolar, pero que duda cabe que el respeto y guardar las formas durante las más de cuatro horas y media que duro el torneo es de agradecer.
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