La
crisis se está haciendo notar desde hace tiempo en el ajedrez andaluz a todos
los niveles, tanto en el ajedrez de clubes, el ajedrez de base, en las
entidades públicas o privadas; así como a nivel de la planificación de los
gestores federativos. En el pasado Campeonato Andaluz Absoluto y Juvenil que se
celebró en su fase final en Torremolinos hubo 130 ajedrecistas que es una cifra
muy respetable, todos con sus licencias federativas; además los que no estaban
clasificados que eran mayoría, solo 41 plaza becadas, tuvieron que pagar una
cuota de inscripción de 25 euros. El campeonato se desarrolló en dos fases, una
provincial y otra final, con los suplementos y gastos de hospedaje,
desplazamientos, comida, etc.; aún así, los aficionados andaluces respondieron
de manera sobresaliente a esta importante cita. A los que hemos visto los toros
desde la barrera, hemos echado de menos las partidas en directo por Internet de
los primeros tableros o la descarga de las partidas más importante a través de
su publicación en los datos de la competición, como se viene haciendo en muchos
eventos que se organizan a este mismo nivel.
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